Wednesday, December 14, 2016

Tauripampa


















San Lazaro de Escomarca


Teníamos planeado estar dos días fuera de Lima, salir de la contaminante ciudad y del agobiante caos que nos entorpece, se me había quedado retenida la idea de regresar a Escomarca algún día , después de casi 4 años en que viajamos con Yuri y Matías (el Suizo) y salimos por Chilca y llegue sin cintura a mi casa, recuerdo cuando nos contaba Yuri algunos mitos y leyendas de Huarochiri en el Mirador de Chancuya y yo no entendía nada y creía que se había pasado de vueltas con algún alucinógeno e identificaba a cada uno de los Apus con tal detenimiento y concentración que me sacaban de cuadro , como este pata puede identificar una serie de cerros y quebradas, algo imposible para mí, que con las justas en esa época pedaleaba en Pachacamac. Recibí una llamada de Peter Buschbeck para salir a pedalear por dos días a donde fuese por que no viajaba hacia mucho tiempo y esta era una oportunidad para salir de Lima, estabamos entre subir nuevamente a Markahuasi o irnos a Olleros, Markahuasi era una ruta que hicimos hace dos años los dos desde San Pedro de Casta pasando por Chauca y saliendo por Canchacalla , ruta que ahora con la variación de Callahuanca la ha hecho el Inca Negro .Propuse San Lázaro de Escomarca, me pareció el momento preciso para subir , había Luna llena y había alguien con quien subir , que es lo más importante, a este viaje se sumo Jorge Figueroa (Koki) , después de intensos discursos para que se anime a ir con nosotros se dejó llevar por la pasión de la bici y estar fuera de su casa aunque sea por dos días . El viernes fue un día decisivo la gripe que se estaba convirtiendo en fiebre casi me hace abandonar este viaje, era alguna señal de que algo andaba mal?. La automedicacion me tumbo en la cama y en medio de sudores y sueños pesados y alucinaciones me despertaba y salía de mi casa a buscar a Koki y subirme al Taxi que Peter consiguió y nos llevaría a Rosa Toro. Teníamos varios consejos de amigos sobre donde quedaba el paradero inicial del Pérez se contradecían los datos así que nos la jugamos. En Rosa Toro después de dos horas de esperar a que abran la Agencia nos dijeron que solo salían carros a San Damián y que los de Huarochirí salen de el Agustino (buena Incanegro), nos subimos a otro Taxi que conocía todos los recovecos y después de un city tour en el íbamos agarrados con las uñas a las puertas para que no las abran los choros de la zona. Terminamos en el paradero inicial, cerca de Riva Agüero , aun no se exactamente donde queda, después de tanta vuelta lo único que me preocupaba era que no me abrieran la maletera y se levantaran todo. El Carro salió como a las 10.00 de la mañana, solo habían asientos en el ultimo sitio y la gripe se hacia mas pesada a cada kilometro. Llegamos a Escomarca como a las 5.00 en medio de una tarde soleada y con mucha gente cargando sus cultivos con rumbo a Lima, bajamos las cosas , le agradecimos y felicitamos al chofer por la habilidad para sortear las curvas y abismos que Koki y Peter se comieron desde sus privilegiados asientos en los extremos traseros del Bus. Esta agencia no invierte mucho en la comodidad interior de sus unidades pero si en Motor y frenos.



Me fui a buscar a Don Alonso, pero estaba de viaje y entre pregunta y pregunta nos recomendaron buscar alojamiento en el restaurante que maneja el Sr. Daniel y el Sr. Mario, ahí la gente del pueblo estaba celebrando , lleno de borrachos que estaban tomando algún sacaronchas, del medio salió un tipo a maldecirnos que éramos amigos de Montesinos y cosas así: gringos de mierda váyanse de acá! amigos de Montesinos #%#%%&%%& !, los que estaban más conscientes se lo llevaron y nos pidieron disculpas . Nos dieron hospedaje a cambio de consumo en el Restaurante en una casa al frente con sólo dos camas y un colchón, se hacia de noche y la temperatura golpeaba más el cuerpo y las pastillas ya no hacían efectos, acaso los Apus estarían enojados? Salimos a las 6.00 a.m. después de un noche terrible de pesadillas y escalofríos , la congestión nos estaba matando a mi y a Peter , y el camino hasta Chancuya de 13.5 Km. era pesadisimo, en estas circunstancias la mente te juega malas pasadas y te susurra al oído que regreses y abandones todo esto , es un locura! Que haces aquí! . Cuando llegue al mirador todas esas voces habían desaparecido y sólo estaba ante mí la cordillera Pariacaca, con la carta en la mano trate de identificar todos los picos posibles y los pueblitos de Huarochiri y recordarme algunas historias leídas en Ritos y hombre de Huarochiri y escuchadas de ese Loco que me trajo a ese lugar hacia 4 años. Eran las 9.30 de la mañana y comprendimos que debíamos de regresar, La mirada atenta en el valle y el recuerdo de las personas que nos miraban con asombro en el Bus de venida haciéndonos invitaciones a San Damián y Huarochiri nos decía que debíamos de regresar pronto y bajar a aquel lugar algún día no muy lejano. El regreso hasta San Lázaro de Escomarca nos hizo 25.00 Kms y aún nos faltaba un buen trecho hasta llegar a Santo Domingo de los Olleros, la ruta no es del todo de bajada, con sus repechitos los pulmones se iban limpiando de esa masa gelatinosa que nos asfixiaba y poco a poco nos íbamos sintiendo mejor , en parte por que sabíamos que la misión estaba cumplida. Nos habían contado que Olleros estaba de Fiesta y que duraría 8 días y había empezado un par de días antes, en el camino nos encontramos con tres Coasters que llevaban gente ,entramos por la trocha directamente sin pasar por BuenaVista y el pueblo estaba lleno de Colores, era una fiesta popular, quedaban algunos estragos de lo que fue la Noche anterior, en la plaza colgaban cadenetas de múltiples colores rodeado de vianderas , estacionamos nuestras naves cerca de la Iglesia y salió justo en ese momento la procesión, me sentía muy afortunado de ese momento, cogí mi cámara fotográfica y empecé a disparar a discreción al evento fantástico que estaba presenciando. Cuando creímos conveniente seguir nuestro camino para salir de día del Huayco , se nos acercaron un grupito de pueblerinas muy simpáticas y con ganas de sociabilizar: Será para otro día teníamos que seguir para adelante y solo una sonrisa nos daba la despedida.



El Downhill estaba bueno, sólo por la basura dejada por sabe quién y las zanjas dejadas por lo cañamonses y ciclistas tabas dícese de Montaña que no ruedan y solo traban las llantas, el camino se encuentra pedaleable , en esta época esta muy seco y lleno de tierra suelta que hace más interesante la bajada. La última parte está mucho mejor, Gustavo Prado una de las pocas persona que le dedica tiempo a los caminos ha limpiado esta parte y se puede rodar un poco mas de lo acostumbrado. Ya en San Bartolo cogimos una colectivo de regreso bajándonos en el puente Villa y pedaleando hasta la casa con la sonrisa de oreja a oreja. Los relojes marcaron 100.kms clavados desde los 4200 msnm en el Mirador de Chancuya hasta los 0.00 metros sobre el nivel del mar en San Bartolo

Cordillera Blanca

La Cordillera Blanca es un lugar idílico para la práctica del Mountainbike, grandes nevados nos acompañan a lo largo de singletracks técnicos y bajadas por caminos sinuosos y de vértigo...




































Ciclomontañismo en Tauripampa


Tauripampa ubicado a 3519m.s.n.m en la provincia de Yauyos muy cerca de Lima era un destino poco conocido para el promedio de gente que viaja regularmente en Lima. Cuando les contaba a mis amigos del trabajo cuáles eran mis planes para el fin de semana largo y les respondía: “Tauripampa”, naturalmente no sabían donde quedaba y mucho menos que existiera; hasta alguno por ahí me dijo que estaba tan loco que yo había llegado al extremo de inventar pueblos como excusa para viajar.

Ya antes habían llegado por aquí Yuri Mellet y Giuseppe Colareta cargando su bici al hombro desde “Campamento”, lugar donde terminaba la trocha y empezaba el ascenso a Tauripampa, de mas o menos 4 horas caminando. Hasta aquí se llegaba tomando el desvío en el kilómetro 101 de la Panamericana Sur hacia Omas, en un par de horas en auto se llega a la intersección de Esquina de Omas y una hora mas hasta Campamento. Después de un par de incursiones personales y lectura intensiva de mapas, Mellet se animó a darnos a conocer que este lugar poseía un gran potencial turístico y en especial Ciclomontañero.

Nosotros regresaríamos para confirmar esta afirmación una vez mas, pero ya sin la porteada inicial que le daba un poco mas de aventura a la ruta y con una carretera construida por el pueblo con recursos propios en buen estado y que de alguna manera facilitara el progreso de este pueblo.

Queríamos que este nuevo viaje de exploración sea con pocas personas y con experiencia en lo duro de las rutas y la posibilidad de cargar la cleta a hombro por prolongadas horas. Y es que en este tipo de viajes estamos expuestos a no pedalear nada como también con encontrarnos con el mejor singletrack de tu vida, algo que veríamos mas adelante.

Salimos un grupo de 8 personas: Kiko Bustamante, Ronnie Boudri, Marco Cabale, Fernando Castro, Edgar Esquivias, Mirko Fontana, Cesar Ortega y Alonso Talavera, con la compañía de nuestro experto conductor Pablo Trinidad en una combi de su propiedad. Entre bromas y chacota el camino se hizo rápido y fluido. Llegando a Esquina de Omas pasamos por el terreno de la familia de César, donde hicimos el pare respectivo para estirar las piernas y visitar las Ruinas de Uquira que se encuentran cerca y hacer un poco de fotos para el álbum. También dimos un recorrido por el circuito de Cross Country que él ha hecho alrededor del terreno con saltitos y partes técnicas pasando por unas ruinas abandonadas que se encuentran en la ladera del cerro. Siguiendo por nuestro camino ubicamos un par de descensos que bajaban al parecer de nuestro destino y que se veían muy marcados y en actual uso por pastores, prometedora para una entretenida incursión futura.

Ya llegando a Tauripampa, después de pasar por la carretera recién inaugurada en Abril y en buen estado gracias al trabajo duro de las autoridades y campesinos de este pueblo, nos dimos cuenta del cambio ocurrido: camiones de carga y buses estacionados echando humo negro y haciendo sonar sus bocinas en la pequeña plaza listos para salir, gente cargando sus últimos paquetes y niños dando vueltas alrededor nuestro mirando a esos extraños visitantes de ropas raras y caballos con ruedas que les daban una sonrisa y respiraban tranquilamente para aclimatarse con paciencia.

Esperando a que nos acomodaran nuestras habitaciones nos fuimos donde el profesor Bernabé y su esposa Hilda a tomar un rico caldo de cordero y de ahí a dormir para levantarnos temprano para nuestra primera salida.
Por ser un pueblo alejado por mucho tiempo de la capital, la infraestructura del lugar está en pobres condiciones, excepto por las tres camas y baño con las que cuenta la posta medica. El otro lugar para dormir se encuentra cerca a la plaza y es un cuarto grande, vacío donde se podría hacer un albergue para los turistas. En esta ocasión, un colchón al piso fue lo mejor que encontramos y a lo que estamos acostumbrados cada vez hacemos este tipo de cosas.

Nos levantamos muy temprano para hacer nuestra primera ruta, que seria al pueblo de Porococha, a 7 kilómetros de Tauripampa y ver la posibilidad de hacer algo mas por esa zona. Este es un pueblo anexo y se podría prestar a formar parte del circuito. Cuenta con aguas termales a las que no llegamos por falta de tiempo y por la dificultad del camino. Cuando vimos el sendero que figuraba en la carta pensamos que podría ser completamente “pedaleable”. Consultando con personas del pueblo sobre este camino, ellos nos decían que había partes en las que efectivamente se podría hacer en bici pero también habría partes en las que solo nos quedaría empujar. Nuestra necedad y la idea de que a veces no se conoce la capacidad de avance de nuestras bicis nos puso en marcha luego de un contundente desayuno. El camino al principio se nos puso muy divertido, fácil y sugería que una vez más estábamos en lo correcto pero uno de esos repechos en los que al principio parecía dominarlos un piñón 32 o 34, luego se convertiría en empujar la bici con su respectivo resbalón por la piedra suelta y luego la bici al hombro y luego en la espalda (la mejor técnica de todas).




En adelante pasaríamos de montarnos y desmontarnos en muchas ocasiones hasta que al fin llegando al anexo nos encontramos con un singletrack buenísimo, rápido, con pequeños saltos y peraltes que nos reanimaron el día. Ya habían indicios de cansancio a pesar de solo haber hecho 7 kilómetros y no había nada que hacer que las porteadas macheteaban mas el cuerpo y los intentos de hacer todo el camino macheteaban la bici, pero el regreso se puso mejor que la ida. Poco a poco iba llegando la gente, solo faltaba Kiko, quien había tenido un problema con su bici: se le había roto el cuadro y solo le quedaba bajar al día siguiente con una reparación temporal para que llegara a la carretera: una entablillada tipo hueso roto.























Cuando llegamos a Tauripampa a media tarde todos esperábamos que el día siguiente fuera mejor y con hambre nos fuimos a cambiar de ropa y lavarnos un poco, aunque la comida recién estuvo para las 6 de tarde. Sabíamos que la ruta del día siguiente iba a ser mas dura y aquí si teníamos las certeza de portear la bici al hombro: teníamos que llegar al camino paisano que baja de las alturas y cruza el bosque de Queñual cerca a los corrales de Vicuñas.

Desde la ultima vez que vine subimos caminando hasta el bosque de Queñual y se me quedo pegado en la cabeza que debía regresar con mi bici a pedalear en ese bosque y acercarme a las vicuñas: esta era la oportunidad, que fue muy dura pero que nos pago todo el viaje.

Conseguimos que nos acompañaran dos guías locales para que nos llevaran por el camino menos pedregoso y pedaleable. La primera parte estuvo algo fluida pero se fue deteriorando hasta que ya era casi imposible crearnos una ilusión de remontarnos en la cleta. Se veía una cuesta constante llena de Queñuales con formas retorcidas que asemejan un cuento de hadas y duendes donde el aire es escaso acercándose a los 4100 metros. Luego de pasar este colchón de ramas asomaba la pampa por donde pasaría dentro de un momento el Camino Paisano y encontraríamos a las vicuñas, dejando atrás el bosque. Los senderos se abrían por todos lados: caminitos técnicos con una ligera pendiente, menos aire y mas cansancio: Aquí se demuestra toda la técnica aprendida durante varios años y se aprenden otras, solo basta que una pequeña piedrita se cruce en camino en la cadencia inadecuada para que caigas al suelo o te corte la viada, pero esta me parece una de las mejores partes de todo el viaje, donde se ve correr a las vicuñas a lo lejos y estar rodeado de farallones llenos de queñuales y ver en el horizonte un cielo azul con un camino interminable que deleita a cualquier ciclista de montaña.
Por esta zona se realiza el Chaccu donde todos los habitantes de Tauripampa participan rodeando a las vicuñas con banderolas para hacer la esquila correspondiente.




















Bajamos por una quebrada pedregosa que nos acompaño hasta el pueblo y que nos remato de cansancio, llegamos al pueblo y por teléfono, que llego al pueblo antes que la carretera, tuvimos la buena noticia de que Kiko había llegado bien y que justo pretendía darse un duchazo de agua caliente (algo de lo que ya nos estábamos olvidando). Luego de una deliciosa cena nos preparamos para descansar para el último día del viaje por uno de los mejores caminos hechos aquí en el Perú en bicicleta.

Teníamos que salir muy temprano para poder cumplir con los 62 kilómetros de difícil camino y tratar de llegar de día sin ningún imprevisto o accidente que lamentar. Ya desde que salimos tratamos de que estuvieran advertidos del peligro y los riesgos a los que la gente se expondría en estos casos: hubieron algunas caídas en el transcurso de los días que demostraban que no había que desafiar a los Apus y ser responsables en todo momento. La bicicleta rota que regresó también nos indicaba que debíamos cuidar la máquina, de lo contrario podríamos estar caminando parte de los 62 kilómetros a pie en un par de días.

El camino empieza ascendente por una ladera técnica hasta un paso llamado “Piedra Parada” desde donde se divisa el camino de nuestra bajada y otros más como el que vimos cuando íbamos subiendo por el valle de Omas. Esta primera sección tiene partes rápidas y esta en excelente estado, con pequeños saltos y piedras clavadas en la ciclo vereda que hacen mas emocionante el camino. Luego llegamos a un corral donde se encontraba una familia de pastores cocinando habas y cuidando su rebaño. Muy emocionados nos dan la bienvenida y se acercan a preguntar de donde venimos y a donde vamos, una despedida y buena suerte nos empuja a seguir la huella que nos lleva en un descenso a lo “Free ride” pasando por rocas gigantes esperando a besarnos en cualquier momento e improvisando en el camino para no caer encima de algún cactus.


















Aquí no hay que desafiar a la buena suerte ni a la montaña: el más mínimo error puede ser el último... luego de pasar esta parte donde muchos creían sería lo más difícil del camino no habíamos recorrido ni 15 kilómetros y los siguientes 5 eran los mas triller de todo el trip, una ladera con 500 metros de abismo nos obligaba a concentrarnos en el camino y no pensar en nada más que en no derrapar y no salirse de la huella y caer precipitadamente sin opción a salvarse, pero creo que los mas asustados eran las mulas y burritos que encontrábamos en el camino.

Superada esta parte y sin ningún contratiempo llegamos a otro tipo de camino , uno en el que la potencia, la experiencia y la caña fina hacen una combinación para generar uno de las mejores performances en Ciclo montañismo. Junto a Alonso les sacamos el jugo y el impuesto a nuestras bicis y a nuestro físico. Luego descansando bajo la sombra fresca de un arbolito en medio del calor y aridez del valle esperamos a los demás compañeros de viaje. El resto del camino se convierte en un doubletrack con repechos que terminan en Roma-Imperial. La llegada se anuncia con el cielo opaco, pasando del azul-celeste al gris y de lo alegre a lo nostálgico; los olores característicos de un basural, un camión con desmonte varado en medio de la nada y un par de antenas hacen que nuestro ritmo baje totalmente y así terminar cuatro días de viaje por uno de los lugares más fantásticos de la sierra Limeña

Expedicion Chasquibiker


Chaclla-Ruinas de Chuya-San Jose de Palle

Sentado otra vez en el escritorio de mi oficina, con los dolores y recuerdos del día anterior, me pongo a pensar que radical puede ser la vida, de estar un día 8 horas pedaleando y sufriendo con placer en medio de la montaña a la tranquilidad de una oficina donde aún no llega nadie a trabajar.

Hoy es Lunes y el cuerpo esta aquí adolorido, pero eso es lo de menos, el recuerdo de las experiencias hace dejar eso de lado, dentro de poco a pesar de las quejas durante el trayecto la gente estará dispuesta a repetirlo, en algún otro lugar, sin saber siquiera como hacen para caer en lo mismo.

El Sábado subimos al Morro Solar: Miguel Figueroa (IncaNegro), Iliano Gallegos y Yo para hacer las coordinaciones en plena pedaleada de relajo, después de conversar y planear nuestro destino del Domingo, cerramos nuestra reunión con un Super Cebiche con Chilcano al pie de la subida a la Virgen del Morro, el Folklore.

La idea era salir en la madrugada y aprovechar al máximo el día, 4.00 de la mañana, éramos quince, todos conocidos, solo uno la había hecho por partes en distintas ocasiones: El Incanegro, y Yo solamente había revisado la carta y veía factible el proyecto, los demás no sabían que era una expedición...

Temprano entre llamadas, despertar a la gente que se quedó dormida y los que abandonan llegamos al parque Echenique en Chosica, las coordinaciones para alquilar la Coaster, chanchita por el servicio y ya estábamos en camino, llegamos como a las 9.00 al pueblo de Chaclla y nos pasamos de frente, ni para hacer las fotos respectivas, llegamos a la repartición del camino nevero que viene de las alturas y que baja hacia Jicamarca y sale también hacia Lachaqui, Arahuay y Canta.

Nos preparamos de inmediato para salir previa fotos de Freeride en las Rocas. No me esperaba que el camino fuera tan bueno allá arriba, pendiente no pronunciada y rapidísimo por un singletrack alucinante lleno de obstáculos que esquivar, saltos por aquí y por acá, el clima perfecto, sin mucho sol pero tampoco con indicios de que lloviera de inmediato, la "mala vibra" que nos echaron en Lima nunca llegó hasta ese lugar y quizá tomo otro rumbo.
El camino se proyectaba increíble, algunas partes donde se perdía, una porteada no caía nada mal, buen indicador para regresar otro día y trabajar ese sector para hacerla todita, según los planes deberíamos haber seguido una cuchilla que nos llevaría por un lomo hasta la quebrada Colca, Super downhill!



Entre Laguna y Chinchilco encontramos las ruinas de Chuya, sesión de fotos, se encuentran en buen estado, muros altísimos y almacenes de alimentos conformaban el recinto, edificaciones de varios niveles y huesos dentro de las habitaciones, no hay mucho tiempo y tenemos que seguir, cogemos nuevamente el camino pero ya es tarde y la neblina se apodera del lugar, con la emoción de la ruta entramos en desorientación por un momento, Miguel inspecciona y pregunta por donde baja el camino hacia San José de Palle pero todos nos encontramos bastante cansados y preocupados por la hora, así que teníamos que tomar una decisión, bajar por el camino planeado o cortar hacia Santa Eulalia que estaba debajo de nosotros, las caras de los cansados ciclistas dicen demasiado, tomaríamos uno de los tres caminos que se veían, uno de los cuales ya lo había hecho el Negro Miguel y no lo recomendaba para nada, el otro ni hablar y el que quedaba parecía manejable.

Un trueno hace remecer la tierra y todos entran en pánico y carcajadas, una lluvia se veía a lo lejos pero el resplandor y el sonido del fenómeno natural ponían los pelos de punta a todos, por la cuchilla la ruta se hacia mas complicada, secciones largas con el asiento al pecho y los frenos apretados, curvitas y zetas, caídas y resbalones, cleta en la espalda, bajo el brazo, sobre el hombro, pinchazos, de todo un poco para amenizar la tarde, podíamos ver el valle de Santa Eulalia, estaba cerca, pero a medida que bajábamos se alejaba mas, que raro? Sí de arriba se veía aquisito no mas!.....singletrack sobre la ladera, el cuerpo no daba mas, “impedaleabe”...pucha que piña, empuja no más! Y la salida al Cementerio de Palle una pequeña lluvia nos recibe a eso de las 6.00 de la tarde pero ya estamos abajo a 5 kms de Santa Eulalia, las últimas llantas pinchadas y por la pista hasta el pueblo donde dejamos los carros frente a la comisaría.

Un poco Mojados pero felices, nos reíamos de la vida, no podíamos creer de donde veníamos, mirábamos para arriba y el último cerro, si! El último cerro! De por allá venimos.......

Monday, January 29, 2007

Quilacamachay


Quilcamachay es un pueblo abandonado en la ruta del hielo al cual accedimos montados en burros y bajamos desde los 4000 msnm











































Lomas Costeras de Perú

Las Lomas Costeras Peruanas cuentan con innumerables senderos y caminos por donde los pastores circulan en epoca de Lomas con sus rebaños.
A lo largo de la Costa Peruana encontramos las lomas de Atiquipa, Corralito Omasino, Pachacamac, etc entre las mas importantes para la practica del MountainBike.